Apendicitis Aguda

La inflamación de la apéndice es la emergencia quirúrgica más común de los Cirujanos Generales. Hay una incidencia anual de 100 casos por cada 100,000 habitantes. El riesgo de desarrollar appendicitis es de 8.6% en hombres y de 6.7% en mujeres. El pico, o la mayor incidencia de la condición, es durante la segunda década de vida.

El cuadro clínico suele comenzar con un malestar generalizado en el abdomen que al pasar de las horas se manifiesta como un dolor en el lado derecho del vientre. Es frecuente el desarrollo de síntomas gastrointestinales como lo son las nauseas y los vómitos. En las muestras de los laboratorios de sangre del paciente vemos una respuesta inflamatoria que se reflejad como un aumento en el conteo de células blancas.

Es frecuente mal diagnosticar a las mujeres en edad reproductiva y en pacientes en los extremos de edad. La tomografía computarizada mejora la precisión del diagnóstico en muchos casos.

La progresión natural de la enfermedad no es clara. Puede progresar a una perforación o a veces tener una resolución espontánea. Hay data que sugiere que la appendicitis perforada y la no perforada puedan ser dos entidades clínicas diferentes.

El manejo no operatorio de la appendicitis es controversial. La apendectomía es el estándar aceptado de tratamiento, ya sea con la técnica abierta o con la laparoscópica. En algunos casos de appendicitis complicadas sin evidencia de sepsis o peritonitis el manejo no operatorio es una opción. Las apendicitis perforadas o complicada son más frecuentes en los extremos de edad. En pacientes embarazadas la incidencia de pérdida del feto es de 4% y el de parto prematuro 10%.

La profilaxis de antibióticos es efectiva en la prevención de infecciones en la herida quirúrgica. La duración de la terapia de antibióticos en appendicitis complicadas es de 4 a 7 días, dependiendo de la prontitud de la resolución de los síntomas.

La incidencia de malignidades en la apéndice es de menos de un 1%. Los tumores carcinoides y el adenocarcinoma mucinoide son los más frecuentes diagnósticos histológicos.

De acuerdo a la localización de estos tumores la cirugía para su remoción puede ir dede una apendectomía, hasta la remoción del colon derecho junto a la apéndice.

En el caso que presentamos tenemos a un adulto joven que llega a la sala de emergencias refiriendo un dolor abdominal de varios días de evolución, que no es hasta ese día por la mañana que comienza con nauseas y vómitos los cuales atribuye a la ingesta de una comida durante el fin de semana. En el examen físico el paciente tiene poco dolor en el lado derecho del abdomen y en los laboratorios de sangre el conteo de células blancas esta dentro de lo normal. El paciente presenta con un cuadro sugestivo de appendicitis y se procede a efectuar una tomografía computarizada del abdomen para precisar el diagnóstico.

Figura 1

Figura 2

En la Figura 1 vemos la imagen del CT que muestra la apéndice vermiforme como una estructura inflamada en la pelvis derecha del paciente (appendicitis). La apéndice vermiforme es una estructura tubular ciega que se localiza en la primera porción del intestino grueso en un area llamada el ciego.

Establecido el diagnostico de apendicitis se procede a preparar al paciente para la cirugía. La peparación incluye el comienzo temprano de antibióticos intravenosos, hidratación adecuada y la corrección de cualquier problema médico que se identifique en el paciente y que pueda impactar de forma adversa los resultados de la cirugía. La cirugía de la apéndice no es una emergencia, sino una urgencia. En varios estudios se ha demostrado el aumento en la mortalidad y la morbilidad de estos pacientes cuando son llevados a sala de operaciones de forma inadecuada, durante la madrugada, o cuando los servicios de soporte no están disponibles.

La cirugía se puede practicar de forma abierta o laparoscópica, dependiendo de la situación y al preferencia del cirujano. En este caso se realizó la cirugía abierta utilizando anestesia espinal. En la Figura 2 observamos la apéndice adherida todavía al intestino, fuera de la cavidad abdominal por una herida minúscula. En este caso se observa en la punta de la apéndice un fecalito,(material fecaliode consolidado dentro de la apéndice).

Figura 3

Figura 4

En la Figura 3 se muestra la herida quirúrgica cerrada. Pueden notar el tamaño de la herida apenas alcanza los 2.5 cm. En la Figura 4 observamos sobre la mesa quirúrgica el espécimen. Una vez realizada la cirugía el paciente es admitido hasta que se normalice la función intestinal y se controle la respuesta inflamatoria secundaria al proceso infeccioso de la apendicitis.

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